miércoles, 30 de marzo de 2011

El eternauta en Primero SB


Siempre me fascinó la idea del Robinson Crusoe. Me lo regalaron siendo muy chico, debo haberlo leído más de veinte veces. El eternauta, inicialmente, fue mi versión del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar sino por la muerte. Tampoco el hombre solo de Robinson, sino el hombre con familia, con amigos. Por eso la partida de truco, por eso la pequeña familia que duerme en el chalet de Vicente López, ajena a la invasión que se viene. Ese fue el planteo. Lo demás... lo demás creció solo, como crece sola, creemos, la vida de cada día. 


Publicado en un semanario, El eternauta se fue construyendo semana a semana; había, sí, una idea general, pero la realidad completa de cada entrega la modificaba constantemente. Aparecieron así situaciones y personajes que ni soñé al principio. Como el "mano" y su muerte. O como el combate en River Plate.
 O como Franco, el tornero, que termina siendo más héroe que ninguno de los que iniciaron la historia. Ahora que lo pienso, se me ocurre que quizás por esta falta de héroe central, El eternauta es una de mis historias que recuerdo con más placer. El héroe verdadero de El eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe "en grupo", nunca el héroe individual, el héroe solo. 
                                                                      Héctor Germán Oesterheld

lunes, 28 de marzo de 2011

El tercero de las brujas

Con la señorita María los chicos de tercero están leyendo cuentos de hadas y brujas. Esta es la protagonista de uno de ellos: 
Esta ex hada leyó un manual de instrucciones para ser una bruja y el libro decía así:
"Manual de instrucciones
¿Cómo ser una buena bruja?
Capítulo I
¿Qué necesita una bruja?
1. un gato negro de mascota.
2. un gran caldero.
3. una túnica y un sombrero negro.
4. patas de murciélago.
5. arañas negras y peludas.
6. sapos y lechuzas.
7. gran maldad."
                            Sandra Elisabet Roediger, "La bruja del barrio (La maldad)" en Pensemos con cuentos.

Segundo está del tomate

Los chicos de segundo de la primaria están leyendo textos de autor. Entre los escritores preferidos surgió la gran escritora infantil Elsa Bornemann. Aquí va para todos uno de sus textos más divertidos

Poema al tomate: 

¡Ay! ¡Qué disparate! 
¡Se mató un tomate! 
¿Quieren que les cuente? 

Se arrojó en la fuente 
sobre la ensalada 
recién preparada. 

Su vestido rojo, 
todo descosido, 
cayó haciendo arrugas 
al mar de lechugas. 

Su amigo el zapallo 
corrió como un rayo 
pidiendo de urgencia 
por una asistencia 

Vino el doctor Ajo 
y remedios trajo. 
Llamó a la carrera 
a Sal, la enfermera. 

Después de secarlo 
quisieron salvarlo, 
pero no hubo caso: 
¡estaba en pedazos! 

Preparó el entierro 
la agencia “Los Puerros”. 
y fue mucha gente... 
¿quieren que les cuente? 

Llegó muy doliente 
Papa, el presidente 
del club de Verduras, 
para dar lectura 
de un “verso al tomate” 
(otro disparate) 
mientras, de perfil 
el gran perejil 
hablaba bajito 
con un rabanito. 

También el laurel 
(de luna de miel 
con doña nabiza) 
regresó de prisa 
en su nuevo yate 
por ver al tomate. 

Acaba la historia: 
ocho zanahorias 
y un alcaucil viejo 
forman el cortejo 
con diez berenjenas 
de verdes melenas 
sobre una carroza 
bordada de rosas. 

Choclos musiqueros 
con negros sombreros 
tocaban violines, 
quenas y flautines, 
y dos ajíes sordos 
y espárragos gordos 
con negras camisas 
cantaron la misa. 

El diario “ESPINACA” 
la noticia saca. 
HOY, QUÉ DISPARATE! 
¡SE MATÓ UN TOMATE! 

Al leer, la cebolla 
llora en su olla. 
Una remolacha 
se puso borracha. 
—¡Me importa un comino! 
—dijo don Pepino... 
y no habló la acelga 
(estaba de huelga). 


Poema de Elsa Bornemann



Pueden encontrar un video hecho a partir del poema en el siguiente link:





domingo, 27 de marzo de 2011

Ventana sobre la palabra - Eduardo Galeano

I
Los contacuentos, los cantacuentos, sólo pueden contar mientras la nieve cae. Así manda la tradición. Los indios del norte de América tienen mucho cuidado con este asunto de los cuentos. Dicen que cuando los cuentos suenan, las plantas no se ocupan de crecer y los pájaros olvidan la comida de sus hijos.

II
En Haití, no se pueden contar cuentos durante el día. Quien cuente de día, merece la desgracia: la montaña le arrojará una pedrada a la cabeza, su madre sólo podrá caminar en cuatro patas.
  Los cuentos se cuentan en la noche, porque en la noche vive lo sagrado, y quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra.

III
En lengua guaraní, ñe'ê significa 'palabra' y también significa 'alma'.

  Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma.

V
Javier Villafañe busca en vano la palabra que se le escapó justo cuando iba a decirla. ¿Adónde se habrá ido esa palabra que tenía en la punta de la lengua?

¿Habrá algún lugar donde se juntan las palabras que no quisieron quedarse? ¿Un reino de las palabras perdidas? Las palabras que se te fueron, ¿dónde te están esperando?